Perteneciente a una tribu que reside en las inmediaciones del valle de Octógono, este cerdo dejó su pueblo en busca de nuevas aventuras.
Su primer destino fue un pueblo donde usó sus poderes de transformación para aterrorizar a los habitantes y llevarse a sus hijas a su palacio, construido con el dinero recaudado de forma dudosa.
Sin embargo, ese día llegaron al pueblo un joven llamado Goku y su amiga Bulma, quienes pusieron fin a sus engaños, liberando a las chicas cautivas y obteniendo una valiosa esfera del dragón entregada por la abuela Paozu.
Sin otro rumbo que seguir, se unió al dúo en su búsqueda de las esferas del dragón. A partir de entonces, la vida de Woolong cambió radicalmente al convertirse en un gran amigo del saiyan y ser el primero en pedir un deseo a Shennon de forma oficial, frustrando así los planes de Pilaf y sus secuaces. Aparte de esto, su papel en la serie carece de relevancia, y tuvo un triste final al caer presa del monstruo Boo, aunque fue resucitado gracias a las esferas del dragón de Namek y participó en el Genki Dama que derrotó al malvado demonio.
Posee la habilidad de transformarse en cualquier cosa, manteniendo esa forma durante cinco minutos; pasado ese intervalo de tiempo, necesita descansar unos minutos para volver a transformarse. El límite de ese poder no es su duración, sino que cuando está transformado mantiene la fuerza y demás características físicas y mentales de su forma original. Como curiosidad, cabe añadir que mide 1,21 m y pesa 21 kg.
